La vieron los Ojos pasar
La Nariz sintió su delicado aroma
Sintieron las Manos su suave piel
Y el Corazón grandes brincos daba.
Entonces discutieron la Razón y el Corazón.
La Razón argumentaba
Y el Corazón objetaba
Yen una larga discusión entraban.
No bajes la guardia
La Razón insinuaba
Confía en ella
El Corazón argumentaba
Sin prestar atención
El Instinto tomo el control
Y actuó velozmente
Dando una gran presentación.
Conquisto a la bella dama
O eso pensó la Razón
Esta vez tubo suerte el Corazón
Mas la Razón no desistió
Y poco a poco
Todo pasó
Una salida aquí
Y una risa allá
Una caricia
Una mirada
Palabras bonitas
Que el aire llenaban
Fueron los Ojos los culpables
O el Instinto que atinó
Al fatal momento
Que la magia esfumo
Disputase entonces el control
Entre la Ira, el Rencor y el Dolor
Pero fue otra vez la Razón que predominó
Poniendo orden y control
Logro escapar del lugar
Y con ayuda de la Paz y la Serenidad
Contuvieron a la Ira
Que pronto iba a estallar
Y fue la Compasión que
Junto a la Pena y la Ilusión
Recogieron los pedazos del Corazón
Que en mil partes se destrozó
Intervino la Razón
Reprimiendo al afligido Corazón
“te dije que esto pasaría,
mas no quisiste escuchar”
“No bajes la guardia dije
Mas no prestaste atención
Y ahora es tarde ya
Para dar marcha atrás”
“No fue culpa suya”
Respondió el Corazón
“talvez la culpa es nuestra
por tardar tanto”
Y ante tal situación
nublase la Razón
a punto de soltar la Ira
pero actuó nuevamente la Intuición
aclarando el panorama
Se calmo la Razón
dando lugar
al análisis de la explicación
“Perdónala” decía el Corazón
confundiendo a la Razón
“lastimarnos no fue su intención,
fue solo un impulso equivocado”
Fue la Lastima que intervino
Al oír sus palabras
y ver las lagrimas en sus ojos
Pero la Razón no cedía
Y la Ira le decía
“Déjame salir y veras
como resuelvo esto en un tris tras
con un golpe aquí y otro allá
veras que todo pasará”
Estuvo tentada la Razón
Pues la Locura le susurraba
“déjalo salir,
qué es lo peor que puede pasar”
Y el Orgullo apoyaba
A tan loco comentario
Pero fue la Sabiduría
Quien tomó el control
Y con unas simples palabras
Puso fin a la situación
Reflexionando la Razón
Cedió a la petición
Dejando hablar a la Sabiduría
Y también al Corazón
Quedó confundida la Razón
Y enfadado el orgullo argumento:
“Esto no quedara así
Pues no hay quien
Con ningún derecho
Lastime a este corazón”
Lloro entonces el Corazón
Al ver que el Orgullo
Apoyaba a la Ira
Y quería soltarla
Intervino la sabiduría y dijo
“qué ganas con dar un par de golpes?
Nada bueno te aseguro
Tranquilízate y espera”.
Así lo hizo
Y nuevamente tomo el control la Razón
Aclarando el panorama
Calmo a la Ira y oculto al Orgullo.
Fue entonces que todos
Juntaron las piezas del Corazón
Poco a poco y con cuidado
Una a una las piezas juntaron.
Y por mucho que buscaron
Un fragmento no encontraron
Y buscaron de nuevo
Pero no lo hallaron.
Fue entonces que preguntaron al Corazón
Si sabía donde había quedado
Pues algo extraño encontraron
En el lugar del pequeño fragmento.
La herida en ese lugar no era resiente
Y confundida la Razón miró al Corazón
“¿Porqué lo hiciste?” pregunto
agachando la mirada dijo “por amor”.
Reflexiono la Razón con la Sabiduría
Quien le dijo que las heridas del Corazón sanaran
Talvez no por completo
Pues las cosas nunca serán igual.
Las heridas sanan
Pero las cicatrices quedan
Recordándote que nunca
Debes entregar por completo al Corazón.
viernes, 12 de octubre de 2007
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1 comentario:
Hola Bruno..
No recuerdo haber sido inspiración de nadie para éste tipo de pensamientos, me parece hermoso, bueno, no en el sentido del contenido porq se a q te refieres, sino a la manera en q lo expresas.
Me pareces una persona especial!! Un Abrazo! MAribel
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