Ocultos en la noche
esperaban sin juzgar
a aquel pobre hombre
para su suerte tentar.
Salió uno de la sombra
y con un leve golpe
al hombre hizo tropezar
y así el juego comenzar.
Levantose el hombre
con ira y confusión
sin caer en cuenta
en su terrible equivocación.
Fue tarde para reaccionar
pues otro por detrás
lo sujeta del brazo
y bloquea su andar.
Opone resistencia
intenta luchar y escapar,
mas es tarde
pues ya cayo.
Siente la sangre en su costado
y un adormecimiento general
fue la furia del venablo
que su pecho a penetrado.
Con la mirada perdida
yace en la vereda
pensando en lo ocurrido
Y lanza su ultimo quejido.
lunes, 7 de mayo de 2007
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