martes, 24 de abril de 2007

El juego de la vida

Cuenta el cuento más antiguo
Que en el juego de la vida
Es un sueño verdadero
Encontrar una salida
Al problema más complejo
Al laberinto sin salida
La cruel broma que en silencio
Consumiendo va tu vida.

Hoy la historia que les cuento
Es una más en este juego
De un muchacho loco-cuerdo
Que en las trampas de este juego
Poco a poco fue cayendo.

Caminando una mañana
Por el sendero ya recorrido
Oyó una risa, era una niña
Que jugando en la pradera
Poco a poco hacia el venia.

Sin percatarse del encuentro
Sin saber a que corría,
Congelase el tiempo mismo
La imagen que el tenía
De una niña que reía
Jugando en la pradera.

Recobro el sentido
Al sentir en el pecho un gran latido
Quedose mudo al escuchar
El suave y tierno "hola que tal",
"soy Juliana, ¿quieres jugar?".

Y sin poder reaccionar
Toma su mano
Y a la pradera lo lleva a jugar
Corriendo por aquí
Saltando por allá.

Pasan las horas en un tris tras
Y con gran tristeza
A casa tienen ya que regresar.

"Adiós" dijo ella
Con voz enternecida,
"¿nos vemos mañana para jugar?"
Con un gesto dice si
Y con gran dolor la ve partir.

Llega tarde a casa
Mamá en la puerta,
Papá sentado en el sofá,
Se levanta y empieza a hablar.

No importa el regaño
Pues la vera mañana
Pero el castigo es severo
Y no saldrá mañana.

"¡Eso no!" grita el niño,
"quítame los juguetes,
Sin ver tele un mes,
Pero déjame salir mañana".

No hay cambio en la sentencia
Triste el niño llora en su habitación,
Sin haber explicado su retraso,
Sin derecho a ningún reclamo.

Pero más triste aún lloraba
Al recordar la imagen de la niña
Que tomada de su mano
Fue a jugar en la pradera
Aquel día de verano.

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